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4 días por Baviera y alrededores. Día 2: Hallstatt y Salzburg.

Sábado por la mañana y suena el despertador a las 6.a.m, nos tomamos un desayuno rápido en nuestra habitación intentado no molestar a los dueños de la casa, y a la calle cuando aun es de noche dispuestos a pasar el día en territorio austríaco. Al lado del portal del apartamento hay una discoteca a rebosar, los que crean que en Alemania no hay fiesta hasta las tantas se equivocan. Decidimos ir andando hasta la München Hauptbahnhof, la estación de trenes central dónde alquilamos un coche con la empresa Sixt por poco más de 70€ durante todo el día.


Tuvimos un pequeño problema con el alquiler puesto que al alquilar el coche la empresa necesitaba hacer un bloqueo de 600€ en nuestra cuenta corriente y nuestro banco (ING) al no estar enterado de que usaríamos la tarjeta en el extrangero, lo que hizo fue bloquear las cuentas ante lo que pensaron que era un robo. Pero finalmente salimos con nuestro coche rumbo a Hallstatt.


Como véis más abajo en el mapa, el recorrido es de poco más de 2h en las que admiraréis unos paisajes únicos vayáis en la época que vayáis.


MUY IMPORTANTE: Es imprescindible comprar la "vigneta" para circular por carreteras austríacas, no hay peajes pero debes llevarla en el cristal del coche y no hacerlo conllevará, sí o sí, multazos, ya que al no captarla las cámaras de vigilancia irán sumando multas. Nosotros las compramos en una gasolinera justo antes de salir de territorio alemán, aunque algunas compañías de alquiler de coches te las ofrecen también al saber que vas a entrar en Austria.



Os recomendamos llegar a Hallstatt pronto, ya que a media mañana empiezan a llegar turistas y autobuses y según la época se puede poner algo insoportable. Una vez allí aparcar es fácil, hay varios aparcamientos (todos de pago pero no muy caros), en los que dejar el coche sin problema.


Escenas de Hallstatt

El pueblo es pequeñito pero da mucho de sí, tiene rincones maravillosos como podéis ver en las fotos, os recomendamos pasear hasta la otra punta por las calles bajas y de vuelta pasar por las calles más altas dónde podréis admirar el paisaje desde encima de los tejados.


En la plaza principal hay varios restaurantes y bares donde podréis tomaros algo tranquilamente o comer cualquiera de sus platos, aunque los precios son algo caros. Nosotros acabamos optando por un puesto callejero de platos combinados que resultó no estar nada mal y nos lo tomamos en unas mesas con vistas al lago.


Nuestra idea era, después de haber disfrutado del pueblo, subir con el coche al Five Fingers, un mirador encima del vacío en lo alto de la montaña desde donde ver el lago y los pueblos de alrededor, pero como habíamos salido de Munich más tarde de lo previsto por el problema con la tarjeta al alquilar el coche, desistimos de la idea.


Así que pusimos rumbo a Salzburg, que nos venía de camino a Munich. En poco más de 1h nos plantamos en la ciudad. Habíamos buscado recomendaciones de aparcamiento en distintos foros, los unos hablaban de distintas zonas por colores, los otros en lugar de colores hablaban de barrios gratuitos o no, finalmente, nada más llegar a Salzburg aparcamos en una zona gratuita pero sin saber dónde estábamos exactamente y echamos a andar y en cuanto localizamos el río fue un paseo de aproximadamente 45mins hasta el centro, habíamos aparcado algo lejos pero el paseo valió la pena para ir viendo partes de la ciudad que no ves en la típica ruta turística.


Una vez en el centro hicimos la ruta típica. La calle principal es ya de por sí bonita, llena de tiendas con productos típicos, en ella podemos encontrar la casa de Mozart (y en su parte baja un supermercado en el que comprar lo que necesitéis a precios más asequibles que en el resto de tiendas), en esta ocasión no entramos en la casa ya que yo ya había estado años atrás y no la recordaba como nada excepcional. A pocos metros llegamos a la catedral, que es impresionante por dentro y desde allí podemos admirar el castillo desde la parte baja.


Salzburg

El castillo es otra de las atracciones típicas de Salzburg, en esta ocasión no subimos ya que no disponíamos de mucho tiempo y tuvimos que escoger entre callejear un poco por la ciudad o subir al castillo y acabamos optando por la 1a opción. Se entre o no dentro del castillo, la vista de la ciudad y el río desde arriba vale mucho la pena, eso sí. En el caso de querer visitarlo buscad la información por internet por si hay que comprar las entradas por adelantado.


Y una vez recorridas las calles de la ciudad y entrado en infinidad de tiendas, volvimos sobre nuestros pasos hacia el coche y una vez encontrado, vuelta a Munich, a cargar el tanque de gasolina en la gasolinera cercana a la München Hauptbahnhof y dejar el coche en el parking de Sixt, en el que dejamos las llaves en un buzón habilitado a tal fin para los que regresan fuera del horario de oficina.


Y de allí al apartamento a descansar, que al día siguiente nos esperaba otra larga jornada visitando el castillo de Neuschwanstein y sus alrededores.

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