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Regreso
al paraíso

(parte II)

Etapa 2: De la capital a los templos de Angkor.

 

Gracias a tod@s de antemano por los buenos deseos que me mandásteis en respuesta a mi story de Instagram preguntándoos si estábais tod@s bien en vuestros curros. (Ironía activada). Yo que lo hice con mi mejor intención preocupándome por vosotr@s...

 

Dicho esto os contaremos que Phnom Penh fue una buena manera de empezar el viaje, relax, sin prisas, un sol abrasador, yo paseando con mi paraguas para no abrasarme, algunos me miran extrañados, otros se ríen... Se ríen!! Están ellos guapos como para reírse de nadie! Si lo del "cayo malayo" se dice por la rima pero en realidad debería ser "cayo camboyano", aunque no ríme.

 

Phnom Penh está en pleno boom de la construcción y hay un montón de parques en los que todos los bancos tienen publicidad de Herbalife, que no lo pillo, no tienen para comer pero tienen publi para adelgazar, será por engordar en el efecto rebote.

 

Nos fuimos a ver el mercado de noche ya que la otra vez no lo vimos y por segunda vez tampoco ocurrió, porque llegamos al mercado, aquello era todo pescado, carne tripas y basura acumulada así que pronto decidimos que el mercado de noche no era una buena opción, lástima que un par de horas después nos dimos cuenta de que nos faltaba una calle para llegar al verdadero mercado de noche y que estábamos en el Old Market. Tiene que haber paguita para lo nuestro.

 

En nuestra huída de ese olor nos metimos por un callejón en el que pronto vimos que había mucho maquillaje, muchas extensiones, rellenos y alguna que otra tira de celo entre las piernas, bienvenidos a una de las calles llenas de putas! Nos verían cansados xq solo nos hacían señales para que nos sentáramos con ellas a tomar algo. Que majas son ellas.

 

Cenamos a un par de calles de allí y la verdad fue un acierto, la cena estaba muy buena, eso sí, destacábamos en el local por ser la única mesa que cenaba, sí lo habéis divinado, sin putas! A nuestro alrededor cada mesa se formaba por un caucásico y una puta asiática, la pareja que teníamos al lado no sé... Él era el típico inglés que fue el retrasado de su clase y ella era... bueno, mejor que la Veneno os cuente la mezcla de personajes que era... Pinchad aquí.

Todas ellas en un mismo cuerpo. Un cuadro, yo en cuanto la vi entrar y la veo acercarse ya dije un "no, no, no, no, nooooo". Pero bueno, la muchacha tenía calor fuera, la silicona, el hialurónico y el bótox están caros y peores cosas se habrá metido en la boca... pues nada chica, a cenar gratis, dí que sí.

 

De ahí sólo podíamos ir a mejor. Pues no. Nos fuimos al POC, un bar gay. Sí, Camboya - Gay, parecen antónimos, quién iría a Camboya y buscaría locales gays para irse a tomar algo? Nosotros. El resumen del antro os lo hace nuevamente la Veneno en este link, pinchad aquí.

 

En internet se asegura que el bar es famoso por sus shows drags pero no iba yo a quedarme a ver eso que seguro que se parecía más a la batalla final de El Señor de los Anillos cuando se abren las puertas de Mordor y no paran de salir orcos. A la cama.

 

Y en nuestro último día en la capital nos dedicamos a recorrer un par de museos, un mercado en el que hablamos con 3 puestos y nos intentaron timar unas 768 veces, cogimos 3 tuk tuk y vimos la muerte de cerca unas 956 y nos cerraron la puerta del museo Tuol Sleng en las narices literalmente con gesto de la mano en plan "quita que no puedo cerrar" literalmente. Pero que eso lo dejo yo en una reseña de Google, esta afrenta no quedará impune. Si queréis leer algo interesante sobre este museo del genocidio y la barbarie Khmer os dejo este link que pone los pelos de punta sin haber estado ahí:

 

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200417/48531118032/jemeres-rojos-pol-pot-camboya-comunismo-genocidio.html

 

¿Os pensábais que todo iba a ser jiji-jaja? Yo lo mismo te mezclo en las mismas 4 líneas a la Veneno que a Pol Pot. ¿Quién más hace eso? Si es que no me valoráis lo suficiente...

Y ahora aprovecho estas fabulosas 6h que llevo ya sentado en un autobús camino a Siem Reap para escribir esto. 6 maravillosas horas en las que no sé si me fascinan más los baches de la carretera, los pitidos constantes del conductor, lo que se está comiendo, que no sé qué es pero creo que tampoco quiero serlo o que estemos más rato en el carril contrario que en el propio. Un camión? lo adelanto. Una moto? la adelanto? un trailer de 16 ruedas? pa'trás que te dejo. ¿Que en sentido contrario viene varios coches? ya se apartarán. Camboya es así.

 

Si llegamos vivos a Siem Reap os contaremos más.

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