top of page

Regreso
al paraíso

DÍA 1: Barcelona - Phnom Penh

Rigrisi il piriísi... los cojones. Su puta madre dónde está Camboya ¿la movieron de sitio? porque yo no la recordaba tan lejos. Puto cambio climático...

22h de trayectos, 22 horas!!!

 

Ya no contemos la gilipollez de estar 2h antes en el aeropuerto, ni que nos llevaran 5h antes, no me dormí en la mesa del bar porque la de la limpieza, con toooooodo lo grande que es el Aeroport del Prat decidió varias veces venir a barrer debajo de nuestra mesa y sillas, que estaba por decirle "señora, que no soy el monstruo de las galletas, mastico y trago, no se me sale la comida por los costados", al rato a facturar, que nos facturaron la maleta en el mostrador de Business, que será lo más cerca de 1ª que vamos a estar nunca, que algún rato hay que hablar en TV de esa tortura de subir y ver al entrar la zona de 1ª clase y luego hacerte pasar por business para luego acabar llegando a tu zona que yo creo que si me bajan a bodega dentro de un transportín estaría más ancho y cómodo y para colmo tu los ves a ellos al entrar, pero los de primera y business al salir del avión no es que no te vean a ti, sinó que no podrían ni queriendo porque las azafatas se encargan de cerrar las cortinas hasta el último pedazo de velcro que parece que te vayan a gasear o a embasar al vacío, vaya a ser que algún rico vea las caras que traemos los que hemos viajadado hacinados y les traumaticemos.

Pero sigamos, vuelo de Barcelona a Milán de 1h a la que hay que sumar 1,5h de espera una vez allí, luego vuelo de 12h Milán - Singapur, parada de 4,5h en ese país para hacernos un par de cafés al precio de 12€. Arrancamos hacia destino final, el del viaje, no la peli, no jodamos, 2h y pico en las que he entrado en coma profundo y una vez en Phnom Penh 1h más en tuk tuk hasta el hotel.

Paseando aquellas 5h por el aeropuerto esperando el primer vuelo vimos a una señora histérica gritándole a un pobre empleado que quería una silla de ruedas, no una mierda de coche eléctrico, una silla de ruedas, supongo que l̶a̶ ̶m̶u̶y̶ ̶g̶o̶r̶d̶a̶ la señora quería notar como alguien la llevaba en plan sirviente por todo el aeropuerto. A mi me sacó lo peor, yo soy el empleado y le voy a buscar la silla más estrecha para que todos vean que no cabe y luego la suelto escaleras abajo hasta que llegue a la arena de la playa y una vez allí varada, que se encargue Greenpeace.

Llega el momento de embarcar y nos empiezan a hablar 2 señoras que también viajaban a Camboya ¿porqué nos habla la gente? ¿no hablan sufiente en casa? ¿no tienen con quién desahogarse? hay teléfonos para llamar si te sientes sol@. Yo estoy ya lo he vivido en Sri Lanka, 4 personajas a lo Power Rangers, cada una de una ciudad distinta de España que nos empezaron a hablar y luego a hacerse las encontradizas por todo el país, encima una de ellas era negra, que combina con todo y está genial, pero bueno, eso fue otro viaje y ese trauma creía haberlo superado. C̷h̷i̷c̷a̷s̷ ̷o̷s̷ ̷q̷u̷e̷r̷e̷m̷o̷s̷.̷

A lo que íbamos, las dos señoras. Hablándonos. Sin parar. En cuanto supieron que ya habíamos estado en el país sonó un disparo y empezó la ronda de preguntas. A ver, estuvimos, sí, hace 7 años y unos días, no hemos dicho que viviésemos durante una larga temporada ni que fuésemos filólogos Camboyanos hijos predilectos de la capital. A lo que de pronto una pasa a hablar del hotel, (los saltos en la conversación ganarían cualquier competición de parkour), y de pronto la señora nos dice:

- Pues nuestro hotel está genial, es maravilloso, si por dentro es tan bueno como se ve por fuera tiene que ser una maravilla.

- Carai, a ver si va a ser el nuestro (esto lo dice Isra mientras yo pensaba "me vuelvo, si eso pasa me vuelvo".)

Nos enseña la foto.

Silencio de los dos. Isra me mira. Más silencio. Grillos. Violines. Por fin Isra suelta:

- Esto no es... el palacio real?

Si llego a estar bebiendo se me hubiera salido por nariz, orejas y boca.

- Es, es.

Era el puto palacio imperial de Phnom Penh, no porque el hotel pretendiera hacer pensar que se alojarían allí, sinó por mostrar cosas que había cerca, pero ellas habían pensado que aquello era su hotel. Si fuera el show de Laura Bozzo, en ese momento ella gritaría: "que entre la desgrassssiadaaaaa".

Durante el vuelo a ellas les tocó la fila delante nuestro. No había avión suficiente, no. Delante. Pero se comportaron. No podemos decir lo mismo de la que nos tocó al lado, bueno, tampoco es que no se comportara, se movió bastante pero almenos sólo pidió levantarse 1 vez, la cosa vino cuando al poco de arrancar, un frío en el avión... un aire helado... para que yo tenga frío, aquello era una puta morgue, y de repente...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mirad al lado de Isra, mirad como se pone a dormir la muy hijadeputa! Casi palmo yo cuando la vi! se murió de frío mientras yo cabeceaba y la embalaron? qué clase de persona eres si duermes así en un avión?? Cuando alguien se duerme en un avión tapado así deberían tener una escotilla para agarrarles entre 2 azafat@s y lanzarla al vacío.

Llegamos a Singapur y la oruga esta sale de su capullo pero con la misma cara de rancia de cuando despegamos. Aquí una parada de 4,5h y en ese aeropuerto sólo te puedes divertir si eres rico así que café y sofá, muñeco de macramé, yo que sé! no se me ocurría nada que rimara. Sólo os diré que los 10.000 pasos que me pide el móvil que haga a diario los he alcanzado y superado andando por este aeropuerto.

A punto de embarcar nos vemos de nuevo con las que se alojan en el Airbnb Palacio Real. Nos cuentan que a la vuelta ellas tienen parada en Singapur de 6h y que aprovecharán para visitar la ciudad. "Visitar la ciudad". Singapur. 6h. O no saben las dimensiones de esta ciudad o son de las que aún piensan que su primer perro se fue a una granja de perros donde tenía muchos amigos.

Subimos al avión, esta vez sabíamos que entre ambos iba sentado alguien y ese alguien era... una mujer con su hijo de unos 3 años en brazos!!! claro que sí, matadme ya, pero a qué niveles esa probre mujer le ha caído mal a quien le hizo el check-in como para meterla entre nosotros? que el niño se le puede ahogar en brazos y nosotros estaremos con cara de "a ver, te mueres o no te mueres? porque estás molestando". Sea dicho que el niño durmió todo el camino, lo llevaría drogado, yo lo haría. Bueno yo lo haría incluso cuando estuvieran los niños en casa, a la primera molestia "toma, agüita, bébetela toda". Cuando se desperto eso sí, cogió aire y empezó a berrear que yo miraba por la ventana y pensaba "salta, se ve verde y mullidito, igual no te matas, o sí, pero en cualquier caso dejas de oir al crío.

Llegamos al aeropuerto, teníamos que tramitar la visa de turista y nos dirigen a un mostrador.  17 personas atendiendo, pero no significa que sean 17 ventanillas abiertas, simplemente que están allí, uno fuera del mostradora de coge los pasaportes y se los da a quién atienda el mostrador, y de allí va pasando de unas manos a otras, uno poniendo sellos, pegando el papel de la visa, el otro le pone un sello, el otro gira la hoja, y así hasta llegar a la última del mostrador que se lo entrega al policía que estaba fuera de ventanilla, delante nuestra, que nos devuelve todo y nos dice que sigamos camino. Vendría a ser como si en el hospital una cogiera el papel del médico indicando la siguiente visita, el siguiente entrara lo que piden en el sistema, el otro lo modifcara, el siguiente lo imprimiese, otro le diera la hoja al paciente y un último trabajador le diera los buenos días.

El trayecto del aeropuerto al hotel ha sido típico camboyano, tal y como lo recordábamos, hemos estado a punto de estamparnos contra otros vehículos unas 30 veces. Lo normal aquí.

Y una vez en el hotel por fin, paz, tranquilidad, relax y entre la decoración de la habitación esta urna. Si me da por abrirla ya ampliaré información por aquí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IMG_20221021_165257-01.jpeg

Deja tu comentario
(no sé si sabremos publicarlo porque esta página es un jaleo, pero tú déjalo)

¡Gracias por tu mensaje!
bottom of page