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Ruta de 3 días por Midi Pyrénées. Día 2: Saint-Cirq-Lapopie, Rocamadour y Conques.

El 2º día empezó más nublado que el anterior y, después de desayunar en el hotel, arrancamos el coche para dirigirnos hacia los mejores pueblos de la ruta junto a Najac, el primero de todos: Saint-Cirq-Lapopie. En este día nos esperaban pueblos más bonitos y rutas entre ellos más largas, pero tambien mucho más bellas, ya que los dos primeros pueblos están dentro del Parc Naturel Régional des Causses du Quercy, carreteras estrechas que serpentean entre campos, valles y bosques que os harán parar varias veces para hacer fotos increíbles o simplemente admirar el paisaje.


Después de 1h de trayecto y justo después de una curva, aparece Saint-Cirq-Lapopie, un pequeño pueblecito que asciende entre la carretera y el precipio sobre un río. Hay 2 aparcamientos, el primero en la parte baja del pueblo y con un buen trayecto a pie hasta éste, o el de la parte alta y que está a escasos 200m de la entrada a las callejuelas. Los primeros 30mins son gratuitos pero, aunque es pequeño, el pueblo os atrapará más rato, pero tranquilos, sólo vale 4€ todo el día.


Entrada a Saint-Cirq-Lapopie

Y nada, a lanzarse a ese entramado de calles, con varios bares, restaurantes y tiendas de productos típicos. Justo al lado de la iglesia hay un mirador al que se puede ascender fácilmente para admirar los tejados del pueblo y toda la maravillosa vista de los alrededores. Y cerca de allí hay una tiendecita llamada Musee du Vin donde compramos algunos productos gastronómicos que prometen a precios nada caros, ya que te hacían algunas ofertas de 3x2 y similares.


Y de allí seguimos un poco más hacia el norte durante algo más de 1h, hasta llegar a Rocamadour, un pueblo encastado en la roca de un acantilado y que te deja con la boca abierta desde que empiezas a verlo desde la carretera. Se puede seguir la carretera hacia la parte alta e intentar aparcar allí, pero realmente no hay mucho sitio allí, así que mejor dejarlo en la parte baja, según llegas al inicio del ascenso, se gira a la izquierda a través de un camino lleno de árboles y se puede aparcar por todo el lateral, y al llegar al final hay un descampado en el que tambien se aparca, todo ello gratuitamente. Cerca del descampado hay unas escaleras que ascienden hasta la calle más comercial de Rocamadour.


De todos los visitados este fue, posiblemente, el más "artificial", está llena de tiendas de todo tipo y le da un aire mucho más comercial que los visitados hasta ahora, pero igualmente es digno de visitar, al final de la calle hay unas escaleras que te llevarán a la parte más alta, hasta el Santuario de Rocamadour, donde podemos visitar la Virgen Negra.


Vista de Rocamadour desde l'Hospitalet

Siguiendo la carretera hasta la parte alta de la montaña se llega a l'Hospitalet, un pequeño nucleo urbano que, según leímos, fue creado básicamente como base para los turistas, restaurantes, bares, souvenirs y buenas vistas de Rocamadour al fondo. Nosotros para comer nos decantamos por un puesto de baguettes a modo de pizzas que había en la calle comercial del pueblo y que la verdad es que estaban muy buenas y después un café en una terracita. Y como ya se nos estaba echando la tarde encima y nos quedaba el trayecto más largo hasta el siguiente destino, no perdimos más tiempo y arrancamos camino a Conques.


No sé si por haber organizado el viaje a última hora pero no encontré ninguna opción de hotel en el mismo Conques, y todos estaban a algunos kilómetros, acabé decantándome por el Auberge du Fel en el minúsculo pueblito de Le Fel, a 27kms de Conques, así que antes de visitar nuestro penúltimo destino de nuestra ruta, decidimos pasarnos por el hotel y hacer el check-in. Nos extrañó que en el mail de la reserva no había una calle a modo de dirección del hotel, todo lo que ponía era "Auberg du Fel. Le Fel. Le Fel.", pero al llegar allí después de casi 2h de viaje desde Rocamadour lo entendimos. Le Fel realmente no es más que un conjunto de apenas 12 casas ocupando la única calle y a la mitad de ésta está el hotel, no tiene pérdida. Según vimos el hotel sólo tiene 4 habitaciones, pero vale mucho la pena a pesar de la distancia hasta Conques, las habitaciones abuhardilladas son geniales, bien decoradas y equipadas, espaciosas y cómodas, por no hablar de la tranquilidad de la noche, en la que no se oía absolutamente nada. En la parte trasera del hotel hay zona para aparcar. El desayuno no estaba incluído en el precio pero por 8.50€/persona desayunas, no es estilo buffet pero es bastante completo, y sobretodo, es el único lugar donde podrás desayunar en varios Kms...


Una vez instalados volvimos a subirnos al coche para aprovechar las últimas horas de sol en Conques. Como ya he dicho hay unos 27kms, pero con la carretera que hay, estrecha y llena de curvas, el trayecto dura unos 40minutos. A 2kms de la entrada del pueblo, en plena cuesta, empiezaréis a encontrar coches aparcados, a no ser que os apasionen las caminatas para fortalecer piernas y culo, os aconsejo pasar de largo y seguir arriba, justo en la entrada del pueblo hay un aparcamiento de 150 plazas, y como el día ya estaba llegando a su fin, estaba bastante vacío.


Conques

Una vez dentro de las calles del pueblo no hay pérdida, las torres de la iglesia lo dominan todo así que vas directo hacia ellas como si conocieras el pueblo de siempre. Aprovechamos las últimas horas del día para visitar la plaza central y echar la típica foto de Conques mientras caía la noche. Justo delante de la iglesia hay un restaurante, el Au Parvis, donde cenamos. El pueblo es realmente encantador y con unas casitas de cuento, pero no ofrece mucho (más bien nada) de noche, así que después de cenar, dimos una vuelta y de vuelta al coche y de vuelta al hotel a descansar para afrontar el último día y la vuelta a casa.

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