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20 días por México.

Personalmente, si algo tenía claro desde siempre cuando pensaba en un hipotético viaje a México, era que fuera cuando fuese, sería en época de la Fiesta de Muertos, no necesité ver Coco para entrarme ese gusanillo con esa festividad. Ya en 2017 teníamos algunas reservas hechas y parte de la ruta pensada, cuando un terremoto arruinó nuestros planes y nos hizo cambiar de destino, pero 2 años después decidimos no esperar más, y menos aún cuando en noviembre de 2018 vimos un ofertón de vuelos en el que nos salieron por 374€/persona, así que compramos los billetes sin ni tan solo tener pedidas las vacaciones en los trabajos, a 11 meses vista del viaje.


Da igual lo que os cuenten las noticias, los blogs de viajes o las series americanas, México no será tan seguro como Islandia o Finlandia, pero tampoco vuelan las balas por las calles, en ningún momento del viaje nos sentimos inseguros o en peligro, ni de día ni de noche. No estamos diciendo que sea un paraíso de seguridad, pero no hay que tener más precaución que los mínimos básicos, no sólo no tuvimos ningún percance, sinó que tampoco oímos ni supimos de ningún turista con el que coincidiéramos que los hubiera tenido. Por lo tanto, que no os eche para atrás los centenares de veces que os dirán cosas típicas como por ejemplo: "a México? tu estás loc@? con lo inseguro que es...". Si os apetece, adelante.


Otra de las falacias de blogs de viaje o del ideario popular es que México es barato. No es caro, y comer puede ser muy barato sobretodo en mercados y puestos ambulantes, pero en comparación a nuestros precios allí por lo general todo es, simplemente, ligeramente más barato, pero sin exagerar. Por supuesto uno se puede alojar en un sitio más barato o más caro, pero en general, los gastos del país no están a nivel de un país asiático en el que podáis pasar 3 semanas de vacaciones por menos dinero de lo que os costaría 1 semana por Europa.


Para nosotros la mejor parte del país fue Chiapas, ya nos ronda por la cabeza una vuelta a la zona junto a Guatemala, nos quedamos con ganas de mucho más allí, y nos quedó por ver Palenque, donde no pudimos ir porque el estado de las carreteras desde el terremoto es tal, que hace que la excursión sea de unas 6h de ida y 6 de vuelta... el resto del país es increíble también y lo que más nos gustó fue los diferentes que son las regiones entre sí, y la peor zona, para nuestro gusto, fue Cancún, no entendemos a qué va la gente allí, y por más que nos digan "a no hacer nada, a la playa, a hoteles de pulserita", no lo entendemos, es irse a miles de kilómetros a tumbarse en playas que no son cristalinas ni paradisíacas y donde, aparte de sol y playa, no hay nada por ver, o almenos nada por ver cerca.


Y si por una parte teníamos claras la época del año en que queríamos ir, y por otra la oferta de los vuelos era en unas fechas concretas, digamos que empezamos la casa un poco por el tejado, ya que al comprar los billetes y querer estar en Oaxaca para la Fiesta de Muertos, eso nos condicionó a hacer una ruta un tanto extraña... En realidad nuestro viaje de ida tardó unas 24h, ya que al trayecto Bcn-París y París-CDM, llegando a las 4 de la madrugada, hubo que sumarle una espera de unas 5h en el aeropuerto y un vuelo corto hasta Tuxtla y de allí el trayecto de 1h en furgoneta hasta San Cristobal de las Casas (Chiapas), de allí volamos hacia el norte del país, hacia el estado de Jalisco, primera parada allí, Guadalajara, para luego dibujar un arco en autobús que nos llevaría a Guanajuato, San Miguel de Allende y Ciudad de México, donde hicimos el parón más grande del viaje para luego seguir en avión hasta Oaxaca a la deseada Fiesta de Muertos y de allí, vuelo a Cancún con parada técnica en CDM... puede parecer un poco caos, pero fue la mejor manera para cuadrar los días, visitar todo lo deseado y disfrutar al máximo del viaje.


La Fiesta de Muertos es sencillamente IMPRESIONANTE, un bombardeo de sensaciones y una visión totalmente distinta de la muerte, no es una visión feliz, no es una idea de que el fallecido esté en un lugar mejor, es simplemente la certeza de que, por unas horas al año, tu familia vuelve para estar con los que aún no se han ido, y ellos simplemente están alrededor de su tumba a sabiendas, que él/ella está ahí y que mientras se les recuerde será así y no se irán del todo. Ver a esas familias haciendo un verdadero esfuerzo por adornar las tumbas y pasando la noche allí, sin tristezas, sin lloros, simplemente estando y sacando siempre una sonrisa cuando te dirijes a ellos, ponen los pelos de punta. No hagáis la turistada de pintaros la cara de catrina, en los panteones veréis que sólo los turistas hacen eso y es algo de vergüenza ajena.


La Comunidad LGTBIQ puede sentirse tranquila en México, es un país tolerante, con el matrimonio igualitario aceptado y no hay que ir con especial cuidado, al igual que en España. En DF el barrio gay se concentra en Condesa, más conocido como Barrio Rosa, allí os sentiréis como en el Gayxample barcelonés o en la madrileña Chueca, bares, tiendas, discotecas, restaurantes, sexshops, saunas, todo con su banderita arcoiris ondeando en la puerta.



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