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Islandia: Día 6, de Egilsstaðir a Akureyri.

El trayecto del 6º día tampoco era largo, unos 265kms pero con más puntos planificados por ver que el día anterior, aún así decidimos ampliarlo añadiendo un regreso a Seyðisfjörður para verlo con la luz del día al igual que el lago de la cima de la montaña y todo el trayecto en sí. Así pues, una vez desayunados y con todo recogido, volvimos al pueblo con el camino de baldosas de colores para disfrutarlo a primera hora de la mañana antes de que hubiera demasiada gente recorriendo esa pequeña zona del pueblo. El ascenso del vuelta nos ofreció vistas que no habíamos podido apreciar la noche anterior por la oscuridad, ya que toda la montaña está llena de cascadas de mayor o menor tamaño que arrojan agua del lago hacia el fiordo en el que está el pueblo.


Y una vez repetida la visita seguimos nuestro viaje dejando atrás definitivamente Egilsstaðir y en dirección a Akureyri. A los pocos kilómetros de dejar atrás el pueblo la carretera nuevamente asciende y nuevamente nos lleva a esas carreteras infinitas en la cima de las montañas de las que os hablaba antes de llegar a Egilsstaðir, pero esta vez con más kilómetros y en un paisaje totalmente nevado, ya estábamos en el norte del país y aquí las nieves en esas cotas suelen ser perpétuas en mayor o menor cantidad.


Hay algunos puntos en los que se puede parar el coche con seguridad y naturalmente no desperdiciamos la ocasión hacer un alto para estirar las piernas a algunos grados bajo 0 pero con un sol espléndido y un cielo así de azul.


Carretera en la cima de las montañas

La carretera por la cima de las montañas se extiende varios kilómetros lo cual nos hizo pensar en qué pasa si allí arriba tienes un percance que te haga tener que esperar una grúa o un equipo médico, o lo tensa que puede ser la conducción si tienes que cruzar todo aquello en plena noche, y justo cuando estábamos hablando de eso apareció en un lateral un coche que se había salido de la carretera y más allá otro que incluso se había incendiado... en fin, cuidadito por allí.


Una vez superada la zona alta, y bastante de repente, la carretera empieza a bajar, y como todo en Islandia, en cuestas bastante extremas, a lo lejos pronto vimos una zona bastante amplia donde parar y hacer fotos como esta:


Silla en mitad de la nada

Mires donde mires son kilómetros y kilómetros de nada cerca y montañas a lo lejos, muy lejos, una maravilla que no podréis parar de admirar. Pero hay que seguir, la carretera transcurre ahora por valles y planícies largas y con pocas curvas y con algunos desvíos que se adentran hacia el centro del país y en los que hay los famosos carteles avisando del cierre de éstas a no ser que seas islandés o que conduzcas un 4x4 con un permiso especial, así que a seguir por la principal.


Nuestra próxima parada pretendía ser Dettifoss, la cascada más caudalosa de Europa, y digo pretendía porque no pudimos llegar a ella, dejamos la carretera principal atrás torciendo a la derecha por un verdadero camino de cabras, ya no era grava, eran rocas y socabones durante algunos kilómetros, lo gracioso era que allí, en mitad de la nada, a la par que algún cartel anunciaba la cascada, se anunciaba también una cafetería, pudimos seguir hasta la bifurcación en la que tenías que elegir, cascada o café para encontrarnos con esto:


Prohibición de seguir hasta Dettifoss

Por algún motivo seguir hasta Dettifoss era peligroso, no era una prohibición total de paso, pero era un consejo de no seguir el camino hacia la cascada a partir de ese tramo, y una advertencia de que si decidíamos seguir adelante y había algún problema, nos tocaría correr con los gastos adicionales de un rescate o envío de ayuda, así que, teniendo en cuenta que aun quedaban 30kms hasta la cascada, desgraciadamente, nos tocó volver atrás y quedarnos con las ganas de verla, pero realmente, 30kms eran demasiados como para jugárnosla... nos acercamos hasta la cafetería que estaba a pocos metros de allí, para preguntar sobre el motivo del cierre, pero no había nadie y estaba todo cerrado, la cafetería y el guesthouse adyacente, sí, un guesthouse allí, en ese páramo, Grimsstadir se llama, por si a alguien le interesa, el sitio eso sí, tiene que ser la ostia para ver auroras boreales si se tiene una noche clara, contaminación lumínica 0.


Volvimos atrás por el camino de cabras y recuperamos la carretera principal, después de 1h de trayecto, a nuestra izquierda y a lo lejos, pudimos ver unas humaredas que avisaban de lo que sería nuestra siguiente parada, la zona geotérmica de Hverir, una esplanada al pie de la colina roja de Námafjall, la zona huele a puro azufre y en las que hay los característicos charcos de lodo hirviendo y montículos humeantes por la actividad geotérmica que hay bajo vuestros pies. La zona apesta literalmente, pero es muy curiosa de ver, eso sí, cuidado donde pisáis...


Zona geotérmica de Hverir

Nuevamente al coche, pero sin ponernos muy cómodos, porque la siguiente parada está a menos de 5mins, justo al otro lado de las colinas y cogiendo un desvío a la izquierda sin señalización alguna, allí, junto a un pequeño aparcamiento está la cueva de Grjótagjá, famosa desde que apareció en Juego de Tronos según nos contaron las fans fatales de nuestras acompañantes, por ser una escena en la que un brutote de esos se jinca a una de otro clan allí en el agua, pero que como son geotérmicas y la temperatura puede ir y venir de golpe, filmaron aquello vacío, ellos hicieron la escena en una piscina normal a miles de kilómetros y luego los metieron digitalmente allí, vamos, que en la cueva estuvo un cámara y poco más, pero se hizo famosa... xD pues ahí la tenéis.


Cueva de Grjótagjá

Como curiosidad os podemos contar que el ir a la cueva nos recordó a las guardianas del baptisterio, ¿os acordáis? aquellas hermanas que se hicieron famosas en los 90 por salir en el programa de Alfonso Arús, pues estuvimos todo el trayecto buscando videos de ellas, descojonados y saltándonos las lágrimas de la risa... y al día siguiente, palmó la que quedaba, estábamos mirando noticias a través de internet y nos encontramos con que ese día había muerto Encarnita.


A los pocos kilómetros de allí llegamos a una aldea llamada Reykjahlíð, y llegáis a un punto en que tendréis delante el lago Mývatn y la carretera se bifurca a izquierda y derecha, da lo mismo hacia dónde vayáis, ya que ambas os llevan a rodear el lago y acaban en el mismo punto, pero os recomendamos ir por la derecha, si tomáis esa dirección, a los pocos metros tendréis el bar Gamli, a vuestra derecha, un pequeño bar-restaurante en el que podéis hacer un alto en el camino y sentaros tranquilamente a comer o simplemente tomar un café calentito con un trozo de pastel, tienen bastante variedad. Hicimos una parada de una media hora y arrancamos rodeando el lago dejándolo a nuestra izquierda, y ahí está el motivo por el que os recomendamos tomar esa carretera, desde ese lado podréis tener una vista estupenda del lago y observar que al otro lado hay varios volcanes no muy altos que se aprecian perfectamente desde esa orilla.


Volcanes en el lago Mývatn

Visita rápida de la cueva, que es pequeñita, y vuelta al coche para un trayecto de 40mins más que nos llevaría, siguiendo la carretera asfaltada y sin desvíos, hasta Godafoss, una cascada que, al llegar al aparcamiento y verla de lejos nos parecía pequeña e incluso dudábamos de si valdría la pena, pero que al acercarnos resultó ser estupenda, además hay muchas zonas rocosas que te permiten acercarte hasta la misma caída, además los rayos de sol, ya bajos, caían por encima de la cascada y formaban arco iris y una luz que la hacía aún más bonita.


Godafoss

Y con esta visita habíamos acabado la jornada en cuanto a visitas, la tarde estaba ya cayendo y teníamos el tiempo justo para llegar hasta Akureyri e ir al Bonus antes de que cerrara a las 18.00pm, así que no perdimos tiempo, desde Godafoss el trayecto son 40mins siguiendo la carretera.


Akureyri es junto a Egilsstaðir una de las pocas ciudades con aeropuerto propio, se encuentra al fondo de un largo fiordo y para nuestra sorpresa, resultó ser una ciudad con mucha vida, bonita, y se notaba que el nivel de vida era alto para todos los que la habitan, nada de zonas de casas sencillas ni bloques de pisos simples, todas las casas tienen jardín, y son de diseños modernos, una bonita iglesia y un centro lleno de tiendas, bares, restaurantes, etc. De haberlo sabido le hubiéramos dedicado una noche más para disfrutar de la ciudad durante el siguiente día, pero sólo teníamos 1 noche allí y encima era domingo.


Después de ir al supermercado localizamos rápidamente nuestro apartamento junto a una plaza en pleno centro de la ciudad, y para nuestra sorpresa, ese apartamento fue el mejor de todo el viaje, no os lo perdáis en el apartado de alojamientos en el post de consejos para el viaje. Como aun era pronto para cenar nada decidimos salir a la calle después de instalarnos, pero por desgracia no pudimos disfrutar de sus muchos comercios por ser día festivo, así que nos conformamos con el bar R5 a pocos metros de nuestro apartamento y en el que pudimos tomar algo tranquilamente en sus sofás durante la happy hour.


Viendo que el índice KP de auroras boreales era elevado después de cenar, decidimos acostarnos pero poniendo despertadores a distintas horas para ir controlando, y a la 1 de la madrugada, premio! desde el balcón del salón pudimos ver ese espectáculo en directo, el cielo estaba claro y varias auroras se movían sobre nuestras cabezas, algo difuminadas para nuestros ojos, pero no para la cámara.


Aurora boreal sin filtros

Estuvimos un buen rato viéndolas transformarse, cambiar y desaparecer, pero como ya os he dicho en varios post, el tiempo es cambiante y cuando estábamos sopesando el vestirnos y coger el coche para salir de la ciudad y verlas en toda su grandeza empezó a nublarse, una lástima, pero almenos pudimos disfrutar de ellas durante un buen rato, y aun nos quedaban 3 noches, aunque no nos brindarían tanta suerte.

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