Como Kandy ofrecía más posibilidades como ciudad pero todo estaba cercano decidimos ir más relajados y no madrugar tanto ese día. Desayunamos tranquilamente y a las 8.30h nos echamos a la calle, por el calor que ya empezaba a apretar decidimos no esperar más y subir al templo que había arriba de una montaña y que se veía desde la ventana de nuestra habitación, el templo Bahirawakanda Vihara.
En el hotel nos aconsejaron subir en tuk-tuk, pero rechazamos la oferta puesto que en Google Maps nos ponía que era una caminata de 30mins, eso sí, en cuesta, pero no teníamos prisa ninguna, así que empezamos a andar. Es posible que, según de donde vengáis, tengáis que buscar unos pasos elevados por encima de las vías del tren y que os darán acceso a calles a un nivel más elevado.
Enseguida encontramos al primera cuesta, llena de tuk-tuks por si uno cambia de idea al verla, fuimos subiendo despacito, vale la pena ir parando de tanto en tanto para ir viendo el paisaje, en poco más de media hora estábamos en la cima.
Justo antes de entrar al templo hay un cobertizo donde, a cambio de un donativo, puedes dejar los zapatos, pero no os hagáis los generosos porque nada más subir los primeros escalones y seguir el camino a la derecha os toparéis con la verdadera taquilla de entrada y allí deberéis pagar 500lkr cada uno para acceder.
El templo en sí es bastante pequeño y sin nada especial aparte del enorme Buda blanco que se ve casi desde cualquier punto de la ciudad, podéis subir hasta arriba del todo por la escalera que hay por detrás y ver aun mejor el paisaje de toda la ciudad de Kandy a vuestros pies, las vistas valen mucho la pena. Aparte de eso, en el mismo reciento hay un árbol sagrado, típico de los templos, una sala con pinturas de Buda que al verlas entendimos porque en la entrada nos recalcó que podíamos hacer fotos sin problema, deben pensar que a ver si con los flashs se borran y desaparecen.
Una vez hecha la visita empezamos a bajar y decidimos visitar el Templo del Diente de Buda, que está justo al lado del lago. El recinto es bastante grande y tiene varios tempolos budistas e hinduistas en su interior, varios jardines, dagobas, etc. Tal cual entráis tenéis que cruzar un jardín largo y al llegar al edificio principal ir hacia vuestra derecha para comprar las entradas (3000lkr por persona) y luego volver atrás e ir a la izquierda para, nuevamente, dejar los zapatos a cambio de una propina, y una vez hecho esto, ya podéis acceder al templo.
No está mal, está muy bien cuidado y tiene salas realmente interesantes, aun así, os metáis donde os metáis, no esperéis ver el diente de Buda por ningún lado ya que, se supone, que está custodiado en una urna, dentro de una pared del piso superior y por lo que leímos sacan la urna 1 vez al año, aun así el piso está repleto de fieles rezando y ofreciendo todo tipo de ofrendas. Nuevamente abajo tenéis una sala interesante justo detrás del edificio de madera que os quedará delante, y jardines varios saliendo a vuestra izquierda con distintos edificios y salas. El tiempo que le echéis a la visita ya depende de lo que queráis ver exactamente.
Por la tarde, una vez comidos y con un rato de piscina en las horas de más calor volvimos a salir dipuestos a ganar la batalla del regateo en el mercado de souvenirs, habíamos visto algunas figuras y productos típicos que no se iban a quedar allí.
Cuando llevábamos ya 1h discutiendo precios con los vendedores, unas veces con más suerte que otras, de repente empezaron a cerrar comercios, a toda prisa, apareció un tipo corriendo, habló con el que nos estaba atendiendo y al terminar nos dijo que nos diéramos prisa porque tenían que cerrar, muy resumidamente nos dijo que había habido una muerte a 30kms y que la policía ordenaba el cierre del mercado. Nos sonó todo muy raro y sin mucho sentido, pero hicimos las últimas compras y salimos de allí dispuestos a ir al centro comercial y tomar algo allí tranquilamente.
El trayecto entre el mercado y el centro comercial son unos escasos 500m y a cada paso que dábamos veíamos por todos lados comercios cerrando a toda prisa y persianas bajando. Al llegar al centro comercial, vacío y con las puertas de madera cerradas a cal y canto. En cuestión de 30mins la ciudad estaba desierta. Volvimos al hotel y el recepcionista nos contó qué pasaba, al parecer había habido enfrentamientos a 30kms entre budistas y musulmanes por la muerte de uno de los primeros y la policía había decretado toque de queda para la población local, el personal del hotel nos aseguró que no afectaba a los turistas, que podíamos pasear libremente y que la policía no nos diría nada, pero la cuestión era ¿pasear? ¿para ver todo cerrado y sin gente en ningún lado?
Nos quedamos en el hall de entrada intentando buscar información a través de internet, encontramos algunas pinceladas pero para más colmo el internet iba especialmente lento, hasta que de pronto nos dimos cuenta que las redes sociales no actualizaban, y nos comentaron que al haber altercados, era común que el gobierno bloqueara internet, ni FB, ni Twitter, ni Whatsapp… nada.
Visto el percal, no nos quedó otra que asumir que las últimas horas de Kandy iban a ser sin hacer nada más que esperar la hora de la cena, ver la televisión y subir al bar a tomarnos algo tranquilamente. Y a dormir más pronto que nunca, por suerte nos vino bien, ya que al día siguiente sí nos tocaba madrugar.